Renovado vencimiento político: Dina Boluarte destituida y José Jerí asume presidencia interina en Perú

El Congreso de la República de Perú aprobó este viernes una moción de vacancia que destituyó a la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”. La aprobación fue contundente: más de 120 votos a favor y sin oposición visible. Inmediatamente después del fallo, José Jerí, hasta ahora presidente del Congreso, fue juramentado como presidente interino, tal como lo establece la línea de sucesión constitucional.

La crisis política en que estaba sumido el país alcanzó un punto crítico en los últimos meses: Perú enfrentaba una escalada dramática de violencia, protestas ciudadanas constantes y acusaciones de corrupción que erosionaron gravemente la credibilidad del Ejecutivo. Una detonante clave fue un tiroteo durante un concierto del grupo Agua Marina en Lima, que dejó cinco heridos y encendió la indignación pública. Ese episodio fue interpretado por muchos sectores como símbolo de la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad ciudadana.

La vacancia fue presentada por varias bancadas congresales de diverso signo político, que argumentaron que Boluarte había perdido legitimidad para dirigir el país. En los fundamentos del pedido se citaron casos como el llamado “Rolexgate” (por uso de relojes de lujo atribuidos a la presidenta), denuncias de enriquecimiento ilícito, investigaciones abiertas por su gestión y la percepción de que no tenía capacidad política ni moral para gobernar.

Durante la sesión plenaria, Boluarte no acudió para ejercer su derecho de defensa. Su defensa alegó que el corto tiempo otorgado para prepararse violaba garantías procesales. Pese a ello, el Parlamento siguió adelante con el proceso, y pasada la medianoche se dio el voto final para declararla vacada.

José Jerí, de 38 años, asumió de inmediato la Presidencia del país con el encargo de liderar un gobierno de transición hasta las próximas elecciones generales previstas para abril de 2026. Jerí es abogado de profesión, ha sido congresista por Lima desde 2021 y preside el Congreso desde julio de 2025. Con esta asunción, se convierte en uno más de la larga lista de mandatarios interinos o de transición que han gobernado en Perú en los últimos años.

El nuevo presidente interino ha señalado que uno de sus desafíos prioritarios será restaurar la estabilidad institucional, reconstruir la confianza ciudadana y encaminar con urgencia la agenda electoral. Reconoció que hereda una crisis profunda, marcada por la inseguridad, la desconfianza social y la fragmentación política.

Por su parte, Boluarte ofreció un mensaje grabado en el que aceptaba su destitución y recordó logros de su gestión, aunque el canal estatal cortó la transmisión abruptamente. Más tarde abandonó el Palacio de Gobierno aún sin que se conociera con claridad su destino inmediato.

Este viraje político es también un reflejo de la crónica inestabilidad que atraviesa Perú: en menos de una década ha tenido múltiples presidentes y numerosos procesos de vacancia o renuncia. La salida de Boluarte se suma a esa tendencia y evidencia la fragilidad de las coaliciones parlamentarias, así como la urgencia de reformas políticas y constitucionales para prevenir esta rotación constante de poder.

La nueva etapa se abre con un escenario complejo: la población espera acciones concretas que respondan al malestar social, al flagelo de la inseguridad y a la necesidad de precaución en el proceso electoral que definirá el rumbo nacional.