Publicado el 14/08/2025 en General
España enfrenta una de las peores olas de incendios forestales de los últimos años, con más de 115 000 hectáreas arrasadas y tres víctimas mortales confirmadas. Entre los fallecidos se encuentran dos voluntarios que participaban en las labores de extinción en la provincia de León y un hombre en Madrid. La magnitud de la emergencia ha obligado a evacuar a miles de personas en distintas regiones y a desplegar un operativo sin precedentes.
Los focos más graves se localizan en Castilla y León, Galicia, Extremadura y la Comunidad Valenciana. En Zamora, el incendio de Molezuelas de la Carballeda ha consumido más de 31 500 hectáreas, convirtiéndose en uno de los más destructivos registrados en el país. La intensidad del fuego, sumada a las altas temperaturas y a los fuertes vientos, complica las labores de control.
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno español activó por primera vez el mecanismo europeo de protección civil, conocido como rescEU. Como parte de la respuesta internacional, Francia envió dos aviones Canadair especializados en la descarga de grandes cantidades de agua, que ya operan principalmente en la provincia de Ourense, aunque pueden ser movilizados a otras zonas críticas según evolucione la emergencia.
Más de 3 400 efectivos, entre bomberos, brigadas forestales, voluntarios y miembros de la Unidad Militar de Emergencias, trabajan de forma coordinada para frenar el avance de las llamas. En paralelo, las autoridades han detenido a varios sospechosos de provocar incendios intencionados, lo que añade un componente judicial a la tragedia.
El impacto ambiental es igualmente grave: miles de hectáreas de bosque, zonas agrícolas y hábitats de fauna silvestre han quedado destruidos. Las autoridades advierten que la recuperación de estos ecosistemas podría tardar décadas.
La combinación de sequía prolongada, olas de calor extremas y posibles acciones humanas ha convertido este episodio en una emergencia de alcance nacional, en la que la cooperación internacional será clave para evitar que el desastre continúe extendiéndose.